El Palacio de los Deportes de la Ciudad de México se convirtió en un santuario para los amantes del metal y la teatralidad el pasado lunes, cuando Ghost, la banda sueca conocida por su estética única y su sonido inconfundible, hizo su esperado regreso a tierras mexicanas. Las calles circundantes se llenaron de seguidores vestidos de negro, monjas y, por supuesto, fans caracterizados como el carismático Papa Emeritus. El ambiente estaba cargado de expectativas mientras la multitud se congregaba pacíficamente en las afueras del recinto.
El acceso al evento fue fluido y sin contratiempos, lo que contribuyó a que la energía positiva se mantuviera alta. Los puestos de mercancía oficial ofrecieron una amplia variedad de productos, desde camisetas a $600 pesos hasta elegantes sudaderas por $1,200 pesos. Además, los asistentes pudieron adquirir un vaso conmemorativo asequible por tan solo $100 pesos, un recuerdo perfecto para atesorar de esta experiencia única.
La noche comenzó con la actuación de la banda sueca Tribulación, que, lamentablemente, me perdí. Sin embargo, su presencia abrió el telón para lo que sería una noche inolvidable.
A las 9 pm en punto, el Palacio de los Deportes se transformó en una auténtica misa liderada por el enigmático Tobias Forge, también conocido como Papa Emeritus. Con su carisma innegable, Forge conectó de inmediato con el público. El concierto se convirtió en un viaje a través de toda la discografía de Ghost, con interpretaciones memorables de todos sus éxitos. Incluso pudimos ver al antiguo Papa Nihil quien fue revivido por miembros del Staf para realizar su característico solo de saxofón en la canción «Miasma».
Uno de los momentos más emocionantes de la noche ocurrió durante la interpretación de «He is», cuando la multitud iluminó el recinto con las luces de sus celulares, creando un espectáculo visual impresionante. El concierto culminó de manera espectacular con las favoritas del público: «Kiss the Go-Goat,» «Dance Macabre» y «Square Hammer.»
A pesar de ser un lunes y la obligación de levantarse temprano al día siguiente, el Palacio de los Deportes estaba lleno en toda su capacidad, recordándonos que el evento se agotó en cuestión de minutos. En resumen, este concierto se posiciona como uno de los mejores del año, y el público mexicano solo quedó ansioso por más, esperando ansiosamente el regreso de Ghost a tierras mexicanas en el futuro.
El concierto de Ghost en la Ciudad de México fue una experiencia mágica y electrizante que dejó una huella imborrable en todos los presentes. Desde la estética teatral hasta el excepcional repertorio musical, esta fue una noche para recordar en la que Ghost demostró por qué son una de las bandas más influyentes en la escena del metal contemporáneo.
El setlist del concierto se puede ver en el siguiente enlace.